Desde antes del tiempo

lunes, octubre 02, 2006

Carta abierta a Jazmín


Cuando de escribir se trata, en general, los que escribimos, no hablamos de nuestra vida. Lo más probable es que usemos algún hecho como disparador, como idea. Desde el último libro que leímos, película que vimos o alguien con quien nos cruzamos en la calle. Sin ir más lejos, cuando me siento a tomar un café, si estoy esperando a alguien me dedico a recrear la vida de las personas a mi alrededor, es un buen ejercicio, y muy entretenido. Obviamente, siempre viene en la cartera conmigo un cuaderno, más grande o más chico según el tamaño del bolso en cuestión y una lapicera, objetos infaltables e infalibles para momentos de ocio.

Por otro lado, si tomamos algún hecho de la realidad, es muy factible que lo deformemos, y mucho. Lo podemos agrandar o achicar, restarle o sumarle importancia y a las personas, transformarlas en personajes, o sea, exagerar sus características. Si alguien es bueno, tiende a convertirse en casi un “ángel” y si alguien es malo, en un cuento va a ser malísimo. Porque sino, ¿cómo enganchamos a nuestros lectores? Si contara la vida tal cual es, ¿cuál sería el incentivo para uds.? Además, así es más divertido.

Y yo escribo para divertirme.

Pd: No es mi intención dar clases de ningún tipo. Es sólo una aclaración para una amiga