Desde antes del tiempo

lunes, mayo 23, 2011

VIDA

Ale concluyó, después de escuchar el discurso de V, que estábamos “caducas”. Que habíamos caducado por la cantidad de años que tenemos a cuestas. Y cuchicheando entre nosotras, como en las viejas épocas, nos convencimos mutuamente de que no necesitábamos de esas actuaciones públicas para demostrar nada. Pero a mi me quedó resonando el caducadas.

Hoy, mientras lavaba los platos apilados (¿hay actividad que requiera menos concentración que esa?) de un largo sábado en casa, entendí.

Entendí que hay ciertas cosas que no caducan jamás. Que relaciones hay muchas ymucho también lo escrito sobre ellas, hay frases clichés, pps, graffitis y, hoy por hoy, hasta twitters y paginas de “me gusta” en FCBK sobre el tema. Pero sobre ésta relación no hay nada escrito. Nunca fue necesario. Porque nosotras sabemos de qué se trata:

En la vida hay familias grandes y familias chicas, la que te toco en suerte (buena o mala depende de vos) con hermanos o sin ellos, hay primos –el mayor siempre un ídolo- de a miles o poquitos. Hay madres y padres que van juntos o separados. Abuelos quedan pocos, pero hay tíos. Después, con el tiempo, la familia se conforma de otra manera y cambian los roles: hijos que son padres, padres que son abuelos y recién llegados a esta vida: nuestros niños/as.

Y también están las otras.

Esos primos, tíos, hermanos que uno elige. Son esas personas que uno va encontrando en su camino y te acompañan en mayor o menor medida por un tramo.

Entre ellas también hay diferentes grados de relación. Están: los conocidos de vista, esos que con suerte nos acordamos el nombre, los conocidos de años pero que sabemos que sólo nos vemos y hablamos circunstancialmente (mamás y papás del cole, por ejemplo, y que si uno se va, seguro que no te volvés a hablar), también están los de esa categoría intermedia que no tiene nombre definido y que son aquellos que los conoces de hace muchísimos años, tantos que no podes llamarlos conocidos, pero que jamás les dirías amigos y, luego están los AMIGOS. Obviamente que dentro de estos también hay diferentes niveles y categorías, pero los que hoy me importan son esos hermanos, hermanas en mi/nuestro (el pensamiento surgió con y por Ale) caso.

Ale, por caso, pasan meses sin que hablemos, pero basta una mirada para entendernos sin necesidad de nada más. Eso no se logra con cualquiera, se necesita un background importante, haber compartido muchos momentos, de esos que te marcan. Hay que conocer virtudes y defectos (de ambas obvio) y poder reírse y llorar por algún momento pasado. Es con la que no necesito filtro, no tengo que cuidar la manera de expresarme. Puedo ser como era de adolescente: impulsiva, loca, agrandada, creída, insegura, enamoradiza y llorona. Todo eso al mismo tiempo o de a una cosa a la vez.

Y con nosotras dos, al mismo ritmo viene Rosi. La rubia, la estudiosa, con la que yohablo todos los días o casi. Con la que compartimos tantas cosas que nos han preguntado si éramos primas, hermanas o “algo, seguro”. Y sí, algo, seguro, somos: Amigas del alma, por siempre y para siempre. A la única que llamo cuando estoy de viaje porque la extraño. A la que llamé el día de mi casamiento porque estaba bañada peinada maquillada y esperando ponerme el vestido, para que me haga compañía telefónica ( casi me mata, porque a ella le faltaba hacer casi todo eso y yo no quería cortar) La que me acompañó en mi 1er embarazo con el suyo, para que no tuviéramos nauseas por separado –Mica y Bru se llevan un mes-, en el 2do me ganó por unos meses. Mismo secundario, mismo año de casamiento, mismo año de ser madres, mismo año de los 2dos, mismos tapados, mismos colores, por suerte nunca mismo gusto en hombres (jaja).

Con el tiempo hemos sumado y restado amistades. Hemos recuperado y despedido amigos. Ahora tenemos Factbook y Twister, celulares, skype, mails, cadenas etc. Pero nuestra amistad, la de Rosi Ale y yo sigue igual que antes, como cuando nos comunicábamos por el teléfono de línea con cable, por carta de correo físico, con frases escritas en agendas, con libros prestados y devueltos, bah, como siempre.

Por eso, Ale, nosotras no necesitamos discursos, nos basta una mirada, y el resto… que se joda!