Desde antes del tiempo

lunes, octubre 30, 2006

Happy Halloween


Un poco de cultura

Halloween (All Hallow´s Eve, que sería la noche anterior al Día de Todos los Santos) es originariamente una fiesta pagana de origen celta. Para ellos el año terminaba el 31 de octubre, y esa noche, los muertos podían volver a la tierra para apoderarse del cuerpo de los vivos y resucitar. Para evitarlo, colgaban en las puertas de sus casas huesos, calaveras y cuanta cosa desagradable encontraran. Hacían fogatas y sacrificaban animales para espantar a los espíritus. Los bandoleros en la Edad Media se aprovechaban del temor de la gente y disfrazándose de diablos, muerte, etc para cometer sus fechorías y salir indemnes de la mismas.

El “treat or trick” (trato o travesura/conjuro) es la amenaza, aggiornada obviamente, que usaban para pedir alimentos a los asustados pueblerinos.

A fines del siglo XIX, esta festividad se trasladó al Nuevo Mundo, más exactamente a los Estados Unidos, de mano de los inmigrantes irlandeses, que agregaron la Jack o´latern, (calabaza hueca con una vela por dentro) bromista tan insoportable, que cuando murió, ni en el cielo ni en el infierno le dieron entrada y se paseaba con una calabaza con una brasa ardiente en su interior por cabeza, pidiendo que lo dejaran entrar en algún pub.

Su popularidad a nivel internacional ya es cuestión de marketing.

jueves, octubre 26, 2006

volare

Cuando de soñar soñando se trata

Cuando de volar volando se trata

Nada mejor que un buen libro,

Una canción que nos remonte al pasado

Y una barra de chocolate.

A eso,

A todo eso

No me puedo resistir

jueves, octubre 19, 2006

Casi 40


Me enteré de que el niñito está con pesadillas, y me da cierto escozor pensar que pude haber sido yo el causante, pero entre nosotros, el pequeño y maleducado diablillo lo tiene bien merecido.

La historia va así. Soy uno de esos padres que, ahora, se les da por llamar modernos, porque nos ocupamos de nuestros hijos/as casi, y remarco el casi, a la par de las madres. Soy un empresario exitoso e independiente, por lo que me puedo dar el lujo de manejar mis horarios según mis necesidades o placer. En esta última categoría, entra el ir a buscar a mis dos hijos para almorzar, o sacarlos del colegio por la tarde para llevarlos a algún lugar divertido a tomar la merienda. Y me conocen. Hago “puerta” como la mayoría de las madres, charlo, me entero de las cosas y me saludan todos los amigos de mis hijos y, ya a esta altura, otros chicos que no comparten grado ni sala pero que de tanto verme, les resulto figurita repetida como cualquier mamá. Las más que las menos de las veces, mis excursiones vespertinas no se resumen a tres integrantes, mi hijo de 7 años y me nena de 5 y yo, sino que tenemos algún que otro invitado, aunque mi límite es de cuatro niños. Esta confianza es, supongo yo, la que dio lugar a las pesadillas, y entre nosotros, no fue su culpa, sino que al no haber sido el primero, me agarró harto, desprevenido y de muy mal humor.

Esta comprobado científicamente, todos los dermatólogos lo confirman, que el hombre, por ser hombre y me refiero el género masculino, tiene tendencia a la alopecia. Y yo adhiero, aunque a regañadientes, a la tendencia.

La primera que hizo una alusión directa a mi creciente calvicie fue una nena que me saludo con un “¿qué tal peladín?”, mis ojos se abrieron desmesuradamente y casi no atiné a contestarle más que un “no es lindo decir eso”. Pero por alguna razón en las semanas subsiguientes otros chicos hicieron preguntas o palabras concernientes al tema. Y justo una tarde de esas, de lluvia, tránsito pesadísimo, y un barrio de Belgrano casi intransitable, llegué al cumpleaños del amigo de turno, para la torta. En medio del “queloscumplasfelizqueloscumplasfeliz” una vocecita aguda, de esas que se escuchan en medio de cualquier barullo me dice: “uyyy, mira que pelado que estás”. Y me saqué, o mejor dicho me sacó. Lo agarré de su escuálido bracito, lo alejé de la mesa con la torta, y sacudiéndolo un poco le dije: “Decir eso es feo, pero no te preocupes, ya se te van a caer a vos esos rulos rubios y no va a haber loción que te salve”

De esto hace unas cuantas semanas. Sé que jamás se lo contó a la mamá porque ella me sigue saludando en la puerta del cole, pero hoy me enteré de que desde ese día, sueña que se está quedando calvo.

martes, octubre 17, 2006

copyright QUINO



ESPERO QUE TODAS HAYAN TENIDO UN FELIZ DIA

martes, octubre 10, 2006


Alterego ( para Sonia)

Por fin conocí a Marina. Era una de esas cuentas pendientes que tenía con la vida. Y se dio, de casualidad realmente, no porque yo hiciera algo al respecto, sino por mera casualidad.

El sábado pasado estaba invitada a una fiesta en la casa de unos amigos. Eran más de las dos de la mañana cuando sonó el timbre, a esa hora ya nada nos sorprendía: entre el licor, el sueño y algún que otro inocente porro estábamos más allá del bien y del mal.

Abrieron la puerta y ahí estaba ella, con un vestido rojo, mínimo, alta ( escuché en algún lado que había tomado una poción especial para crecer), castaña con ojos color almendra, un eterno tostado, impecable y una perfecta sonrisa en la boca. Labios carnosos, medio despintados. Dio un paso, y se desplomó cuán larga era, hasta la música se detuvo por un segundo.

-Estreno tacos-fue su explicación-Es como la cuarta caída de la noche-agregó, señalando pequeños moretones en las rodillas y los brazos, y se largó a reír. Tenía una de esas risas contagiosas, profundas, que le sacudían todo el cuerpo. Como si eso fuera un disparador, la música volvió a sonar, estridente, el griterío nos envolvió y yo quedé ahí parada, mirando como recogía su cuerpo para ponerse de pie.

-Hola, soy Kira-me presenté-Gran entrada la tuya.

Me sonrió, y en voz baja confesó: “siempre me ocurren estas cosas, es como si alguien quisiera hacerme pasar papelones toda mi vida. Pero ya estoy acostumbrada, hace un tiempo que decidí reírme de mi misma y da resultado.”

El humo del cigarrillo formaba una nube azulina y nos buscamos un rincón cercano a la ventana para poder hablar tranquilas, tantas confesiones por delante, tantas cosas para contarnos, en fin, tanto en común: los viajes por parajes extraños, aventuras por el Amazonas, romances en cada puerto. Nos dimos cuenta de que más de una vez nos habíamos cruzado, como cuando ella terminaba su relación con el magnate armador de yates en Courchevel y partía, buscando nuevos horizontes, y yo llegaba a la villa de esquí con mi amor de turno (¿cuál era? Ya ni recuerdo) O esa otra, aquí en Buenos Aires, invitadas a la misma fiesta, esas que hacen historia en las revistas del cholulaje nativo, en la que el Tattersall desbordaba de invitados, y no nos vimos en toda la noche.

Pero más allá de una intensa vida social, compartimos cosas mucho más profundas e importantes: valores, un mismo código de vida, y la lealtad para con una misma y el otro, como pilar.

Es que nos conocemos de siempre, aunque esa noche fuera la primera vez que nos veíamos cara a cara. Al fin y al cabo, ambas éramos producto de la creación de dos grandes escritoras.

Ilustración by Benfield "Golden Mask"

jueves, octubre 05, 2006




photo by danann

IMPULSO

Con una incapacidad nata para escribir, me lancé sobre el teclado a aporrear las letras. Tenía que entregar un trabajo, estaba frente a un deadline, el concurso era hoy en tres horas y yo no tenía ni idea sobre lo que quería presentar. Solamente sabía que TENÍA que hacerlo.

La blanca hoja que se dibujó en la pantalla me dio pavor. Tanta pureza por viciar, por poblar de minusculidades negras, que en conjunto deberían tener algún sentido.

El pavor se transformó en ahogo, de a poco la garganta se cerraba y el aire se negaba a entrar por mi nariz. Las palpitaciones cobraron impulso y le ganaron en su carrera a la asfixia. Ahora, a mi incapacidad nata, se le sumaba la transpiración nerviosa que hacía que los dedos resbalasen sobre el teclado confundiendo más las letras-

Frases sueltas, escuchadas, de canciones, frases hechas, lugares comunes, todo se apilaba desordenadamente en la cabeza y peleaban por salir a través de la vacuidad de los inútiles dedos.

En eso, la idea original tomó impulso, y en un acto heroico se impuso a las demás, descifrando la importancia de cada una según su género y actitud.

Finalmente, pocos minutos antes de la hora señalada, la nota cobró vida, y mi incapacidad nata se convirtió en best seller o mejor dicho en “most readed”, ya que paseó por muchas manos y terminó en todos los tabloides del país.

El concurso era de tiro y yo di justo, en el momento indicado, en el blanco: mi sien derecha.

Y mi incapacidad nata, convertida en “most readed” comenzaba simplemente con un: “No soporto más”

lunes, octubre 02, 2006

Les pido perdón a uds, mis lectores, por haberlos abandonado sin aviso. No volverá a suceder.

Carta abierta a Jazmín


Cuando de escribir se trata, en general, los que escribimos, no hablamos de nuestra vida. Lo más probable es que usemos algún hecho como disparador, como idea. Desde el último libro que leímos, película que vimos o alguien con quien nos cruzamos en la calle. Sin ir más lejos, cuando me siento a tomar un café, si estoy esperando a alguien me dedico a recrear la vida de las personas a mi alrededor, es un buen ejercicio, y muy entretenido. Obviamente, siempre viene en la cartera conmigo un cuaderno, más grande o más chico según el tamaño del bolso en cuestión y una lapicera, objetos infaltables e infalibles para momentos de ocio.

Por otro lado, si tomamos algún hecho de la realidad, es muy factible que lo deformemos, y mucho. Lo podemos agrandar o achicar, restarle o sumarle importancia y a las personas, transformarlas en personajes, o sea, exagerar sus características. Si alguien es bueno, tiende a convertirse en casi un “ángel” y si alguien es malo, en un cuento va a ser malísimo. Porque sino, ¿cómo enganchamos a nuestros lectores? Si contara la vida tal cual es, ¿cuál sería el incentivo para uds.? Además, así es más divertido.

Y yo escribo para divertirme.

Pd: No es mi intención dar clases de ningún tipo. Es sólo una aclaración para una amiga